domingo, 23 de septiembre de 2007

Pasaron cien días y aún es de noche

No me andaré con rodeos. Estamos en manos de aficionados. De concejales con cara de niño bueno que juegan a la política. De una alcaldesa que sigue sin dar la talla y a la que Chaves, más pronto que tarde, se llevará a las Cinco Llagas. De una oposición más preocupada por salvar los muebles que su propia vergüenza. De políticos pertrechados de ignorancia y necedad. De un sindicalismo adulterado y endogámico más pendiente del convenio que de lo que conviene. Y de un sistema empapado de naftalina y clientelismo a partes iguales.

Imagen: aytosanlucar.org

La esperanza y la ilusión que brotaron de las urnas el pasado 27 de mayo fueron tan grandes que corresponderla era una misión difícil, pero no imposible. El pueblo cortó cabezas y pidió cambio, pero cien días después me temo que el ansiado cambio no llega. Sólo lo han hecho las caras, pero en ellas seguimos viendo los mismos mohínos, las mismas miradas, la misma distancia.

Para los optimistas, entre los que me encontraba, el golpe ha sido todavía mayor. Esperábamos un gobierno serio, innovador y determinante, pero no hemos encontrado con una equipo amateur, seguidista y mojigato. Más de un delegado y delegada debería seguir los pasos de Rubio y Hernández, claro que éstos no se han ido por dignidad política sino, simplemente, porque no han podido agarrarse de la teta grande.

Necesitamos políticos de raza. Valientes y asertivos. Honestos y entregados. Políticos que digan las cosas claras, gusten o no, den o quiten votos. Y necesitamos también que todos los colectivos sociales dejemos de mirarnos al ombligo y tiremos al unísono para sacar a Sanlúcar del cieno putrefacto que nos inunda.

En fin, ya saben que soñar es gratis. Yo lo tengo más fácil porque cien amaneceres después, para mí, sigue siendo de noche.

4 comentarios:

Jos? A. Gonz?lez dijo...

Ángel, te envidio por seguir manteniendo la ilusión en la política, sobre todo en la local.

Nuestros concejales son gente sin preparación, los de Sanlúcar y los de casi todas partes, que simplemente quieren adquirir notoriedad, conseguir un buen sueldo o establecer relaciones que les puedan ser útiles para el futuro.

Es cierto que hay alcaldes sin muchos estudios que consiguen levantar sus pueblos con imaginación y mucho trabajo, pero ese no parece ser el caso de este equipo de gobierno.

Cuando Juan Rodríguez llegó al gobierno de Sanlúcar también lo hizo con promesas de regeneración democrático que luego quedaron en nada. Nuestra alcaldesa se ha limitado a encargar la famosa auditoría. Por lo demás, nada ha cambiado. Faltan proyectos ambiciosos que cambien Sanlúcar de aquí a 5 años.

La gestión del PP fue desastrosa en Sanlúcar. Por eso ganó el PSOE, pero lo hizo sin un proyecto claro, sólo con ideas vagas. Yo aún sigo buscando su programa electoral en su web.

¿Viste el artículo sobre Sarkozy en El País del domingo, en la página 6? Eso es un líder. Puedes estar o no de acuerdo con sus ideas, pero tiene claro que hay muchas cosas que cambiar en Francia y lo va a intentar: trabajo, pensiones, estado, inmigración, sindicatos, orden público...

¿Dónde están los proyectos, los planes estratégicos de la ciudad después de 100 días de trabajo? Sí, mucha foto con Chaves y Zapatero y muchas promesas de inversión de las adminsitraciones central y automómica, pero ¿dónde están las ideas propias para cambiar Sanlúcar?

Sanlúcar necesita líderes en el buen sentido de la palabras, políticos que se planteen objetivos ambiciosos, que se rodeen de personas válidas para conseguirlos y no de colegas de partido que te han ayudado a llegar al poder, que sepan unir a los sanluqueños en torno a un objetivo común (si es que los sanluqueños se dejan, que ésa es otra).

Alguna vez te he comentado que los gestores de un ayuntamiento deben ser como directivos de multinacionales, gente que trabaje por objetivos, con ambiciones personales y para su pueblo-compañía. Lo que ocurre es que estos profesionales están en la empresa privada, donde ganan más dinero que en los ayuntamientos.

Mientras tanto, nuestras corporaciones locales siguen ocupadas por concejales de perfil profesional muy bajo (abogados, pequeños empresarios, maestros, parados...) Así ocurre lo que en todas partes, que lo único que les interesa es gestionar el urbanismo.

En fin, que Sanlúcar no tiene solución, que la solución no consiste en inaugurar un centro comercial cuando hace 15 años que las ciudades importantes de la provincia ya tienen uno y hasta dos y en construir un nuevo paseo marítimo para embellecer una playa que luego ensucias abriendo las compuertas cada vez que llueve.

Me temo que el problema es demasiado profundo. Lo mejor es olvidarse de ello y tratar de vivir la vida allá donde las circunstancias nos hayan llevado, y dejar que los sanluqueños sigan instalados en la inopia, convencidos de que vivien en lugar "maravilloso". Pues que lo disfruten.

Ángel Ceballos Ortiz dijo...

Jose A., de acuerdo en casi todo, excepto en lo de que hay que "olvidarse de ello".

Aunque llevemos muchos años trabajando fuera de Sanlúcar, allí están nuestras raíces y, lo que es más importante, viven nuestras familias.

Me niego a que cuando mis hijas vayan a ver a sus abuelos, tíos y primos se encuentren la misma mierda de siempre. Y por ello lucho, sin duda con candidez, pero también con determinación. Por intentarlo no va a quedar.

Un abrazo.

Jos? A. Gonz?lez dijo...

Uno no puede renunciar a sus raíces, así que aunque me empeñe en “olvidarme de ello”, la verdad es que me engaño a mí mismo. No puedo olvidarme y al final siempre acabo hablando de estas cosas con mis amigos, mi padre, mis compañeros de trabajo que ni siquiera conocen Sanlúcar ni sienten interés alguno por sus problemas…

La cuestión es: ¿ayudamos de verdad a Sanlúcar escribiendo en este blog? Bueno, estamos animando a la gente a reflexionar en voz alta, a pensar un poco… ¿Es suficiente? A lo mejor deberíamos formar un partido político y crear nosotros mismos esos planes, esos proyectos de cambio que tanto exigimos a los políticos.

Cuando nos reunimos y hablamos del pueblo me encuentro hablando de las mismas cosas que hace diez años debatíamos en las tertulias de la radio o delante de una jarra de cerveza. Y nada ha cambiado. Me pregunto si hemos hecho suficiente por nuestro pueblo, si no somos iguales que todos esos sanluqueños que se dedican a criticar delante de la barra de un bar y luego se esconden cuando hay que dar la cara.

Un día hicimos la maleta y nos fuimos a trabajar a otro sitio. Desde la distancia nos quejamos de que allí no hay futuro, que el talento tiene que emigrar ante la falta de perspectivas. Pero no nos hemos quedado para luchar por cambiar la ciudad. ¿No estaremos lavando simplemente nuestras conciencias?

Ángel Ceballos Ortiz dijo...

Creo que la palabra el el medio y los hechos son el fin. Y la palabra puede darse en un pleno, en un periódico o en un blog como este.

El problema de hablar en la barra de un bar es que la audiencia termina en el camarero. Pero desde aquí podemos llegar a mucha gente.

Yo también a veces siento que no he hecho todo lo que estaba en mi mano. Por eso comencé esta aventura hace unos días.

Para mí ahora es tiempo de escribir. Llegado el momento, no te quepa duda, pasaré de las palabras a los hechos.