sábado, 27 de octubre de 2007

Sin comentarios

La Cámara de Cuentas de Andalucía acaba de hacer público el informe de 2005 sobre la rendición de cuentas de las diputaciones provinciales y Ayuntamientos con población superior a 50.000 habitantes.

Me he permitido confeccionarles un breve extracto que pone a las claras cuál es nuestra situación real, más allá de las interpretaciones interesadas que unos u otros puedan hacer. Absolutamente demoledor:

Trece Ayuntamientos tienen ingresos por habitante superior a la media. Los Ayuntamientos de Dos Hermanas y Sanlúcar de Barrameda, son los que obtienen menores importes en este indicador, con 620,53 euros y 631,36 euros por habitante, respectivamente.
(…)
En los Ayuntamientos de Mijas, Dos Hermanas, Alcalá de Guadaira, Marbella, Sanlúcar de Barrameda y Jaén se produce un desfase en la tesorería presupuestaria corriente, al realizarse pagos del Presupuesto corriente por importe superior al de los cobros del Presupuesto corriente.
(…)
Los Ayuntamientos de Marbella, Jerez de la Frontera, Mijas, Sanlúcar de Barrameda y El Puerto de Santa María, presentan un déficit de ejecución en sus Presupuestos, al ser superior el reconocimiento de obligaciones que los derechos liquidados. De esta situación se deduce que los ingresos presupuestarios de estos Ayuntamientos no son suficientes para atender los gastos de naturaleza presupuestaria.
(…)
De la comparación entre los ingresos y los gastos por habitante de cada una de las entidades se observa que los ingresos por habitante de los Ayuntamientos de Jerez de la Frontera, El Puerto de Santa María, Sanlúcar de Barrameda, Marbella y Mijas, son inferiores al volumen de gasto por habitante, lo que significa que se están gestionando mayores gastos que los recursos presupuestarios que se obtienen durante el ejercicio.
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El análisis de los gastos de inversión del ejercicio se completa con el indicador de Inversión por habitante, que se muestra en el cuadro 37. Se aprecia una fuerte correlación con el indicador de inversiones. El valor obtenido en este indicador se sitúa en término medio en 164,19 euros por habitante.
Ocho Ayuntamientos superan este importe, destacando los Ayuntamientos de El Ejido, Roquetas de Mar, y Estepona con 668,49 euros, 384,83 euros y 361,32 euros por habitante, respectivamente. Los valores más bajos se obtienen en los Ayuntamientos de Sanlúcar de Barrameda y Jerez de la Frontera con 16,21 euros y 33 euros por habitante.
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Se deduce que la mayoría de los Ayuntamientos tienen un Ahorro Bruto positivo, excepto los Ayuntamientos de La Línea de la Concepción y Sanlúcar de Barrameda, que obtienen una valoración en este indicador del 20 por ciento y el 7 por ciento negativo, respectivamente.
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De la comparación entre los ingresos y los gastos por habitante de cada una de las entidades se observa que los ingresos por habitante de los Ayuntamientos de Jerez de la Frontera, El Puerto de Santa María, Sanlúcar de Barrameda, Marbella y Mijas, son inferiores al volumen de gasto por habitante, lo que significa que se están gestionando mayores gastos que los recursos presupuestarios que se obtienen durante el ejercicio.
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Al 31 de diciembre de 2005 se aprecia un incremento de los derechos pendientes de cobro en la agrupación de ejercicios cerrados en 22 Ayuntamientos. Los incrementos más significativos lo presentan el Ayuntamiento de Sanlúcar de Barrameda y Chiclana de la Frontera con un 33 por ciento y un 21 por ciento, respectivamente.
(…)
La nueva Instrucción de Contabilidad ha definido el indicador de Realización de Pagos que mide el porcentaje de pagos realizados respecto a los saldos iniciales de obligaciones. La valoración obtenida por cada Ayuntamiento en este indicador se muestra en el cuadro número 52. Los Ayuntamientos de Dos Hermanas, Córdoba, Almería y Roquetas de Mar, realizan pagos que suponen porcentajes superiores al 80 por ciento. En el otro extremo se encuentran los Ayuntamientos de Marbella, Torremolinos y Sanlúcar de Barrameda que no alcanzan siquiera ni el 20 por ciento del saldo inicial al 1 de enero.

Acostumbro aquí a hacer alguna valoración, pero reconozco que, en esta ocasión, me he quedado sin palabras. Espero que ustedes sí las tengan.

sábado, 20 de octubre de 2007

Sanlúcar, puerta de la droga.

¿Por qué ninguno de nuestros políticos habla nunca sobre el problema del narcotráfico en Sanlúcar? Quizás sea porque en la calle tampoco se trata el tema, salvo cuando te cruzas con un antiguo compañero de instituto que conduce un deportivo de 100.000 euros y te preguntas en voz alta de qué te ha servido quemarte las pestañas durante años delante de los libros para, finalmente, terminar entrando en el club de los 'mileuristas'. Y éso si llegas.

En los últimos tiempos hemos asistido al despertar cívico de los sanluqueños. Salimos a la calle a defender nuestro patrimonio, a pedir justicia, a reivindicar mejoras para la ciudad, a exigirle eficiencia a nuestros políticos, a demandar una educación digna para nuestros hijos. Sin embargo, el hecho de que delante de nuestras narices los traficantes hayan hecho de la desembocadura su particular "narcoautopista" no ha conseguido ni siquiera entrar en el espacio del debate público. Nos hemos acostumbrado a observar los movimientos nocturnos de helicópteros y planeadoras no como una tragedia, sino como un espectáculo circense. Muchos de los que cayeron en manos de la ley vuelven de prisión y disfrutan de una apacible reinserción social que ya quisieran para sí políticos corruptos o ladrones de medio pelo.

Y me temo que detrás de todo esto hay, al menos, dos cosas: miedo e interés. Miedo a hablar, porque ya se sabe que "aquí nos conocemos todos"; e interés en los cientos de personas que viven -y de qué forma- de los beneficios del hachís o la coca. Pero hay algo peor, la displicencia. ¿Para qué denunciar si no va a servir de nada? Como mucho para que me quemen el coche o me den una paliza.

Esta semana la Guardia Civil ha efectuado su enésimo decomiso de droga en aguas del Guadalquivir. En esta ocasión han sido "sólo" 5.000 kilos de estupefacientes. Las autoridades antidroga siguen considerando a Sanlúcar como la principal puerta de entrada de hachís de Europa. Sí, hay algo en lo que, lamentablemente, somo líderes. Pero, sea por temor, por conveniencia, por cobardía, por desidia o por lo que sea, de nuevo nadie hablará de ello.

miércoles, 10 de octubre de 2007

Pío, pío, que yo no he sido

Foto: reporteros.tv
Asisto con estupor al colmo de la desfachatez política. Publica hoy Diario de Cádiz una información según la cual "Alternativa Sanluqueña culpa a otros partidos de la deuda municipal". AS argumenta que la deuda del ayuntamiento "se viene arrastrando desde el inicio de la democracia en España y en su mayoría se ha ido acumulando desde el Partido Comunista, pasando por los propios socialistas, hasta llegar al PA y al PP en 2003".

Por lo visto no saben D. José Luis y sus secuaces que, como dice el refrán, se pilla a un mentiroso antes que a un cojo. Sobre todo porque el avance tecnológico hace que, afortunadamente, los rengos cojeen cada vez menos, mientras que los embusteros pueden ser puestos en evidencia fácilmente por cualquier persona que sepa las cuatro reglas y tenga acceso a Internet.

La Cámara de Cuentas de Andalucía publicó en 2004 la Rendición de Cuentas de las Diputaciones Provinciales y Ayuntamientos con más de 50.000 habitantes del ejercicio 2002. En su página 63 puede comprobarse como el remanente negativo de tesorería, es decir, la deuda municipal, ascendía por aquellas fechas a 48 millones de euros. Así mismo, según el rotativo gaditano, Alternativa Sanluqueña da validez a que la deuda municipal se situó en torno a los 80 millones de euros el pasado ejercicio.

En otras palabras, que durante los años de PP-AS en el ayuntamiento, cuyo máximo responsable económico fue Jose Luis Cuevas, la deuda prácticamente duplicó la acumulada en los quince años anteriores. Es decir; sea por ignorancia, por incompetencia o por indecencia (no sé qué es peor), los que nos han situado al borde del abismo tienen ahora la poca vergüenza de echarle la culpa a sus predecesores sabiendo, como saben, que muchos de ellos ni siquiera pueden defenderse. Bajezas así retratan fielmente a sus autores.

jueves, 4 de octubre de 2007

Adiós maestro


Carlos Llamas era el periodista sustantivo. Un comunicador nato. Un profesional de una pieza. Inimitable cuando empleaba su sorna y su retranca e inapelable con sus palabras.

"Charlie" era el responsable de que no puediese apagar la radio cada noche hasta escuchar el 'gong' del final de Hora 25. Era mi referente en la radio. Nunca llegué a conocerle. Jamás pude hablar con él, pero hoy he sentido que se me ha muerto un amigo.

Las noches serán más oscuras sin tu voz. Hasta siempre maestro.

lunes, 1 de octubre de 2007

¿Qué puedo hacer yo?

El 20 de enero de 1961, John F. Kennedy finalizó su discurso de toma de posesión presidencial con las siguientes palabras:

“Así pues, compatriotas: preguntad, no qué puede vuestro país hacer por vosotros; preguntad qué podéis hacer vosotros por vuestro país.
(…)
Finalmente, ya seáis ciudadanos norteamericanos o ciudadanos del mundo, solicitad de nosotros la misma medida de fuerza y sacrificio que hemos de solicitar de vosotros. Con una conciencia tranquila como nuestra única recompensa segura, con la historia como juez supremo de nuestros actos, marchemos al frente de la patria que tanto amamos, invocando su bendición y su ayuda, pero conscientes de que aquí en la Tierra la obra de Dios es realmente la que nosotros mismos realicemos”.

Este extracto puede leerse grabado en una placa junto a su tumba en el cementerio de Arlington. Algunos discursos de JFK, especialmente su discurso inaugural, son considerados como referentes del difícil arte de la oratoria. Casi cincuenta años después, y pesar de su relativamente corto período en el cargo, los estadounidenses siguen recordando a Kennedy como uno de los mejores presidentes del país, situándolo al mismo nivel que a Abraham Lincoln, George Washington o Franklin D. Roosevelt.

He querido rememorar este pasaje histórico para que recordemos el sagrado deber que tenemos como ciudadanos que vivimos en democracia: colaborar y trabajar de manera responsable por nuestro futuro colectivo. Porque si esperamos que sólo sean aquéllos a los que votamos los que nos saquen las castañas del fuego, sería mejor que empezásemos a pensar en que las tomaremos carbonizadas.

Pero no quisiera andarme por las ramas, así que bajaré al terreno de lo concreto. Para ello, convendría tener presentes algunas cosas, obviedades la mayoría, muchas de las cuales me ruboriza recordar aquí, pero creo que el ensimismamiento cívico al que estamos sometidos lo hace estrictamente necesario.

Para empezar, a los llamados “contribuyentes”, sanluqueños de a pie, hay que recordarles que tienen que pagar sus impuestos, que no pueden hacerse una casita allá donde les plazca, que para conducir un vehículo hay que tener carné y seguro; que un ciclomotor no es un monovolumen y que cuando se conduce hay que hacerlo con casco; que para divertirse no hace falta martirizar a los vecinos con tu escándalo y tus fluidos; que la mejor forma de mantener limpia la ciudad es no ensuciar.

A los bien pagados funcionarios del ayuntamiento hay que pedirles que arrimen el hombro, que estén dispuestos a apretarse el cinturón si fuese necesario y que sean conscientes de que está en peligro algo más que la “gallina de los huevos de oro”. Recordarles que para hacer política están los partidos, no los sindicatos. Y, ya que estamos, que para desayunar no hace falta una hora todos los días.

A los ediles que hablen menos y hagan más; que la política no es una profesión en sí misma, sino una vocación; que cumplan sus promesas y que se dejen la piel en su labor; que tengan decencia política o, simplemente decencia; que no olviden que los mismos que los han colocado la Cuesta de Belén los pueden lanzar calle abajo si traicionan su voto. Y si no, que revisen el escrutinio del 27-M.

A los comerciantes y empresarios que dar de alta a los trabajadores no es un plus, sino una obligación; que frente a la competencia hay que luchar con ingenio y calidad y no pidiendo protección; que cuiden de sus clientes y ellos cuidarán de su negocio.

Y a los periodistas sanluqueños que seamos periodistas. Que investiguemos, que critiquemos, que fiscalicemos la vida pública y dejemos de ser, de una vez por todas, los voceros de partidos, empresarios y sindicatos.

Soy consciente de que la mayor parte de la ciudadanía cumple sobradamente con sus deberes. Así que puede que a usted, que ha llegado hasta aquí en su lectura, le haya escocido particularmente alguno de mis comentarios o, incluso, se haya sentido ofendido. Pero si ése fuese el caso ni siquiera habría de disculparme porque, puede estar seguro, no es usted el aludido.